Premio Nobel de Medicina 2008 Barré-Sinoussi: "Lo que sucede actualmente me recuerda un pasado bastante triste. No demos falsas esperanzas, es una cuestión de ética"
Françoise Barre-Sinoussi, en la Conferencia de la Sociedad Internacional del SIDA (2015), en Vancouver. |
Para mí, la urgencia es detener la epidemia y, por lo tanto, imponer un confinamiento estricto de la población. La falta de disciplina en la población me preocupa.
[El 24 de marzo del 2020, la Premio Nobel
Françoise Barré-Sinoussi fue nombrada para dirigir un comité para asesorar
sobre los tratamientos contra la COVID-19. La entrevista fue realizada por un
periodista del diario francés Le Monde. Es importante señalar que en algunas de
sus intervenciones Didier Raoult ha criticado a la prensa
francesa, sobre todo a la parisina por no comprender el fondo del problema.]
Entrevista publicada en Le Monde, 25 de marzo de 2020 (edición impresa):
La viróloga Françoise
Barré-Sinoussi (París, 1947), presidenta de la asociación Sidaction, recibió el
Premio Nobel de Medicina 2008 por su participación en el descubrimiento del VIH
en el Instituto Pasteur en 1983. Barré-Sinoussi ha sido nombrada para dirigir
el Comité de Investigación, Análisis y Conocimiento (CARE, por sus siglas en
francés), compuesto por doce investigadores y médicos, que deberá instalarse en
el Palacio del Elíseo el martes 24 de marzo. Este comité será responsable de
asesorar al gobierno francés en todos los asuntos relacionados con los tratamientos de la
Covid-19. A Barré-Sinoussi le preocupan las noticias falsas que circulan sobre
la epidemia debido al coronavirus.
ENTREVISTA.
Periodista. Usted, que participó
en el descubrimiento del virus del SIDA, ha permanecido en silencio hasta hoy.
¿Por qué se anima a decir algo ahora?
Barré-Sinoussi. Me preocupa, como
a todos, esta epidemia, que me recuerda en muchos aspectos una gran cantidad de
cosas dolorosas de los primeros días de la epidemia del VIH-SIDA. Es bueno que
los expertos que conocen a fondo este tema hablen, algunos de los cuales,
además, vivieron los primeros años de la epidemia del SIDA. Pero cuando he
visto los excesos de los últimos días, me dije que también era mi
responsabilidad hablar. A veces oímos cualquier
cosa, por ejemplo, algunos hablan de bacterias, cuando se trata de una
infección viral.
También hago uso de la palabra al
ver las numerosas personas que en las últimas horas hacen cola frente al
Instituto hospital universitario de Marsella (IHU Méditerranée Infection,
en francés) para recibir un tratamiento, la hidroxicloroquina, cuya eficacia no
ha sido rigurosamente probada. Algunos pueden estar infectados y corren el
riesgo de propagar el virus. ¡Qué locura! Viví este tipo de situación en los
años ochenta, lo que puede generar confusión en el público en general, que ya
de por sí está abrumado por la magnitud de La epidemia.
¿Qué piensa usted de la
hidroxicloroquina y las expectativas que genera?
Por el momento, no pienso nada en
especial, estoy esperando los resultados del ensayo Discovery, diseñado en
el marco del consorcio "REACTing", que acaba de comenzar y en el que
participarán 3200 personas, 800 de las cuales estarán en Francia. El primer
grupo recibirá el tratamiento estándar sin medicamentos; un segundo grupo
recibirá el medicamento antiviral remdesivir; en un tercer grupo, los pacientes
recibirán una combinación de lopinanavir-ritonavir; la misma combinación se
dará a un cuarto grupo en combinación con otro medicamento, el interferón beta,
y un quinto grupo -recientemente añadido- será tratado con la hidroxicloroquina
[solo ese medicamento].
Todos estos grupos de pacientes
son, por supuesto, tratados adicionalmente con el cuidado estándar. Los
primeros análisis fiables deben conocerse en unos 15 días. Esta prueba se
realiza conforme a las buenas prácticas científicas. Seamos pacientes.
¿Quiere decir que los resultados
anunciados por el equipo del profesor Didier Raoult no son fiables?
Los primeros resultados
publicados se basan en un número muy reducido de personas, unas veinte, y el
estudio presenta debilidades metodológicas.
Es absolutamente esencial que el
ensayo de esta droga se lleve a cabo con rigor científico, a fin de tener una
respuesta sobre su eficacia, y sus posibles efectos secundarios. Necesitamos
algo serio. Especialmente porque la hidroxicloroquina no es doliprán, puede
tener efectos deletéreos y conllevar riesgos de toxicidad cardíaca. Por lo
tanto, no es razonable ofrecerlo a un gran número de pacientes como complemento
hasta que se disponga de resultados fiables.
Si funciona, yo estaría muy
contenta. Adicionalmente, probar moléculas que ya existen en el mercado es un enfoque
muy razonable. Pero necesitamos respuestas concretas a estas simples preguntas:
¿funciona?¿Hay efectos secundarios graves?
Hay profesionales de la salud que
ya lo están prescribiendo, ¿qué piensa usted?
A veces se da por compasión, es
decir se entrega una droga que ya está en el mercado para otro tratamiento a
personas en estado grave. Pero cuidado, algunos pacientes podrían no tolerarlo.
Hay que recordar que gracias al rigor científico de los ensayos clínicos hemos
podido obtener las combinaciones terapéuticas que hoy en día permiten vivir con
el VIH. Evaluar nuevas moléculas llevará tiempo.
¿En qué la situación actual le
recuerda la epidemia del VIH?
Seamos muy cuidadosos con los
efectos de la publicidad, hemos experimentado mucho de eso en el campo del
VIH/SIDA. Por ejemplo, ante el anuncio de que ciertos candidatos a vacuna
protegían contra el VIH, algunas personas los utilizaron y se infectaron.
Algunas personas han usado drogas que supuestamente los curarían, sin éxito. Lo
que sucede actualmente nos recuerda un pasado bastante triste. No demos falsas
esperanzas, es una cuestión de ética.
¿Cómo conciliamos el rigor
científico con la urgencia de una epidemia?
Al principio de los años del
SIDA, hubo crisis de histeria y angustia, a veces irrazonables y sin sentido,
por parte del público en general, crisis vinculadas, entre otras cosas, a la
información contradictoria, a la desinformación, que encuentro también en parte
en esta pandemia.
En cuanto al VIH/SIDA, nuestra fuerza
fue la solidaridad, el "todos juntos", que por el momento no encuentro
mucho en esta epidemia, aunque sí existe esto entre la mayor parte del personal
de salud, los investigadores, y debemos admirar lo que hacen, y en el contexto
en que lo hacen.
Pero la comunicación debería
estar mejor coordinada, de forma global, para que sea lo más confiable posible.
Las redes sociales lo amplifican todo, con demasiada información falsa, lo que
crea mucha ansiedad. Los medios de comunicación tienen un papel por cumplir.
La gran mayoría de las personas
infectadas con el SARS-CoV-2 se curan, mientras que un diagnóstico de infección
por VIH en los años 80 era una sentencia de muerte. El SARS-CoV-2, al contrario,
se transmite mucho más fácilmente que el VIH.
¿Cuál es la urgencia?
Para mí, la urgencia es detener
la epidemia y, por lo tanto, imponer un confinamiento estricto de la población.
¡Y pido la colaboración de todos! Eso es lo mejor que podemos hacer para ayudar
al personal de salud. La falta de disciplina en la población me preocupa.
La investigación científica
también es algo prioritario. Se están acelerando los procedimientos, y eso es
bueno, para los ensayos clínicos por supuesto, pero también para que la
investigación básica avance lo más rápidamente posible. La comprensión de los
mecanismos de entrada y multiplicación del SARS-CoV-2 en las células permitirá
desarrollar las estrategias terapéuticas del futuro.
También se están llevando a cabo
investigaciones sobre anticuerpos muy potentes, basados en el mismo modelo que
el VIH, que podrían utilizarse en la terapia... En el Instituto Pasteur se ha
comenzado a investigar en este campo y en una vacuna, pero todo esto llevará
tiempo.
Por último, no olvidemos a las
personas que son vulnerables, a los migrantes, a los sintecho, a las personas
en prisión. También debemos protegerlos, cuidarlos, trabajando, entre otras
cosas, con el tejido asociativo de nuestro país.
Entrevista de Pascale Santi.
Traducción y adaptación al
castellano: Rafael Cerpa E.
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